domingo, 13 de octubre de 2013

Cuento corto de Ulises Barreiro en contra del Racismo:



Los escritores y sus escritos en contra del racismo
Como escritores creo que es necesario cambiar las desigualdades y los actos de injusticia que día a día podemos ver en nuestra civilización petrolera. Por eso es fundamental que aquellos seres humanos que se dediquen a la escritura puedan empezar a realizar producciones literarias que estas cuestiones cristalizadas en nuestras sociedades se cambien de una vez por todas.
Porque un escritor que no este comprometido a cambiar estas desigualdades significa que esta comprometido a seguir reproduciéndolas inconscientemente o conscientemente. Pongo mi pequeño grano de arena para comenzar a cambiar estas desigualdades que vemos en cada momento de nuestra existencia.
                                            Saludos cordiales.
                                         Ulises Barreiro (Escritor) 



                                                                   El dios Interculturalidad
Yo soy un astronauta que a rajatabla siempre dijo y sostuvo que se podía vivir sin racismo, así es sin ningún tipo de Racismo. Pero a pesar de ser un simple trabajador manual, como lo es un astronauta, creo en un dios… el dios interculturalidad. Es raro encontrar astronautas que crean en dioses pero yo soy la acepción. Siempre que debato con mis colegas les digo que busquen las señales justas que el universo nos da, porque así podríamos encontrar las puertas que llevan a los universos paralelos o, en su defecto, dependiendo del tipo de puertas, a partes muy distantes de nuestro propio universo. Entre las muchas cosas que podemos encontrar. Y tal vez podríamos así encontrar al dios interculturalidad. Pero siempre a un universo en donde el racismo y la discriminación no existiera.  

Creo que a eso hay que apuntar cuando buscamos entre los agujeros de gusano. Para que así, de una vez por todas, supiéramos realmente como especie para qué existimos en este gran ecosistema, además de esto, podríamos saber de que es posible vivir sin eso  llamado racismo y discriminación en nuestra sociedad, dado que al fin y al cabo el racismo es una subjetividad resultante de una determinada hegemonía gobernante. La cual no comprende que el ser humano es un ser especial dotado de amor…
En algunas de mis noches espaciales tuve un sueño que me sacó de mi tiempo y de mi espacio tanto mental como material. Me gustaría que a muchos discriminadores de todo tipo le sucediera esto. Se los contaré. Soñé que estaba en una lejana galaxia, con sus respectivas estrellas y planetas. Ya mi nave no viajaba, pero la actividad cósmica a mi alrededor era incesante, como la de cualquier galaxia de cualquier pluriverso; había también un tránsito de asteroides y meteoritos de distintos tamaños. No sé por qué motivo en mi sueño tenía la idea de que había viajado mucho. Incluso me daba la sensación de que técnicamente había viajado a través del tiempo. Digo técnicamente porque científicamente no podía, al menos por el momento, comprobarlo. Así Desperté en una nave, extraña nave. Cuya energía me daba paz… Algo en mi interior me decía que allí no había discriminación.
Mis compañeros de nave vestían trajes de delgado grosor, diferentes de los que solíamos vestir en mi tiempo y espacio. Caminé sin rumbo, al menos eso creía yo. Pero pude comprobar al poco tiempo que no había discriminación ni racismo en esta nave. Al caminar un poco, me hallé ante una gran sala, que era casi por completo de vidrio, y se podía ver el espacio exterior, con las estrellas cuyas cúpulas de luz las hacían brillar doradas, púrpuras, etc. Era un día o una noche especial. Al no estar el sol en mi vista, ni tener reloj, ni aparato alguno de medición, no podía darme cuenta de la época, tiempo, o espacio en el cual me encontraba.
Llevaba puestos unos extraños ropajes recubiertos de blancas telas casi transparentes. A través de la ventana de esta moderna nave veía cómo miles de destellos brotaban como flores de tomate en un tomatal. Salió una luz imponente, acompañada de dos destellos con tres reflejos intermitentes, los cuales arrojaron un extraño aroma, el cual fue nuevo para mí, y gran sorpresa e impresión me causó.
Pero en ese momento sentí como me dormía suavemente… Volví a despertar, pero ya no estaba allí, sino que en un gran circulo de vidrio, en extraño planeta. Veía cómo todos a mi alrededor observaban con asombro cuanto acontecía a nuestro alrededor; no éramos más de diez seres humanos, no pude diferenciar los sexos, sí supe que eran todos humanos. 

Y al conversar un poco me maraville de que no había discriminación entre nosotros y mucho menos racismo en sus ideales, pues ninguno de todos los que estábamos allí teníamos la piel del mismo color, había gente blanca, azul, verde, negra, amarilla y violeta. Y al menos había presentes siete religiones. De repente vi cómo un anillo radiante de luz formaba un perfecto círculo… Dentro del círculo se veían estrellas brillar. Ahí, inmediatamente, comprendí todo, estaba saliendo a través de un agujero de gusano. En ese momento me volví a dormir… Al tiempo volví a cobrar conciencia en mi mismo, y estaba en la ciudad de Barcelona corría el siglo XXXI creo si mal no recuerdo. Pero no era la ciudad del Planeta tierra, sino mas bien la ciudad Barcelóna del planeta Marte. 

Ubicado en la vía láctea. Sobre el suelo de una estación de Buses desperté, era una bella mañana. Sin comprender que había pasado o estaba pasando comencé a caminar. El ser humano había logrado hacer que Marte produjese su propia atmosfera. Ya en Marte maravillado vi como latinos y caucásicos conversaban respetándose mutuamente. Rabinos y musulmanes jugaban al ajedrez riendo juntos… Comunistas y capitalistas miraban un partido de futbol juntos. Seres humanos de las colonias de Júpiter, Saturno y Venus  jugaban a los naipes, y conversaban sobre el libro ¨biografía de Prem Rawat¨. Ahí pude comprender que en esta planeta no existía ya mas racismo ni discriminación. 

El concepto de interculturalidad había tomado vida, si había tomado vida y estaba presente acá. Y no era tan solo una vida más, sino que era un dios presente entre nosotros los simples mortales humanos. Simplemente el racismo había sido un mal sueño de algún viejo y lejano mundo de estos universos paralelos que hay dando vuelta por ahí. De esos mundos que se entienden a la perfección con los agüeros de gusano, de tal manera que su relación es como la que lleva el hidrogeno con el oxigeno en nuestra existencia. Todo el amplio espacio a mi alrededor formaba además un coro impresionante de asombro, que entonaba himnos de alegría y amor, estos parecían elevarse hacia el cielo en donde estaban el dios Interculturalidad y el santo Amistad. Ya no supe ni tampoco quise salir de este sueño, pues al fin y al cabo esto era más placentero que de donde yo  venia…
                                                     FIN      
                                            Ulises Pastor Barreiro





P.D. estas fotografías puede apreciarse los reclamos por parte de la comunidad afro en los EEUU en la decada de 1950 d.c. y 1960 d.c.

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