domingo, 16 de marzo de 2014

El Alto cumple 29 años de vida como Ciudad:

Cual coinciden investigadores/as, la historia de Suni Pata, Altu Pata o El Alto no se reduce a los últimos 29 años. Es de siglos y milenaria.

Estratégico territorio plano extendido, ofreció posibilidades para la agricultura y ganadería. Además, ha sido excelente acceso a valles ubicados al este y sur, las orillas del Titikaka en el oeste y noroeste, tierras semitropicalesyunqeñas y amazónicas hacia el noreste y norte, y la vasta altiplanicie sur y acceso a la costa por el sudoeste.




Ya Chiripa, Tiwanaku, el señorío Pakajaqi y el Tawantinsuyu apreciaron el espacio alteño, que les permitía ceremonias, asentamientos y acceso a la emblemática ChukiyawuMarka. En la época colonial y republicana, vinculado a las parroquias de San Sebastián, San Francisco y San Pedro, conservará su importancia para la producción y el transporte. Además, en momentos clave desde el siglo XVIII, tendrá papel clave en búsquedas y definiciones políticas trascendentales.

El historiador Germán Choque afirma que El Alto surge como ciudad durante la rebelión de Amarus y Kataris, 1780-1782, específicamente durante el cerco originario a ChukiyawuMarka/La Paz de 1781 que comandó Tupak Katari. Fuentes de la época, como el Diario del criollo Francisco Tadeo Diez de Medina transcrito y estudiado por María Eugenia del Valle de Siles, indican que en la Ceja los/as sitiadores levantaron carpas, refugios y depósitos. Agregando, que en el lugar mencionado y otros aledaños instalaron “capillas”, donde oraban, efectuaban fiestas religiosas y celebraban triunfos. No era para menos, por la cantidad de combatientes movilizados a quienes acompañaban sus familias.

Otro “Diario” que corresponde a posterior sitio a la urbe paceña en plena lucha independentista, 1811, escrito por el influyente presbítero Ramón de Mariaca, amerita consideración. Destaca que se trata de legado del movimiento revolucionario de 1809, en el cual participa aliada población originaria, mestiza y criolla; asimismo, que en esta oportunidad hay apoyo a los atacantes desde el interior de la ciudad.

Mariaca hace numerosas referencias a las acciones de posicionamiento, ofensiva y repliegue en las faldas y la propia planicie elevada. Menciona el “Alto” o “altos” de la ciudad, destacando los vínculos y complementariedad existentes. También en relación a las rutas y el transporte, así como las zonas que se iban definiendo, señala los “altos de /Qusqu/ Lima y Potosí” y cada uno de manera individual. Esto teniendo en mente los“caminos” correspondientes, en dirección noroeste y sudoeste y sur, e hitos que marcaban el ingreso a la hoyada chukiaweña/paceña. Asimismo, apunta zonas alteñas, destacando su vecindad, estrechos lazos u orientación respecto a otras, principalmente Chakaltaya, Tikina, Wentilla, Wiyacha, Laxa, Jachukalla, Ururu(Oruro) y Desaguadero.

El centro o taypi alteño, que fuera destacado por Germán Choque, aparece como la “/C/eja de los caminos” de Qusqu/Lima y Potosí, que permite divisar la “falda” que desciende al este. De igual manera, es punto de observación de la “hoyada” y alturas de Killikilli, Pampaxasi y Cordillera Oriental. Lo interesante de las anotaciones de Mariaca, es que se indica ya un espacio con identidad(es) y definido por sí y ya no sólo en conexión con otros. Aparece “el Alto” o “del Alto” en varias partes, mostrando una denominación que se había consolidado para hacer referencia a la geografía y población asentada.

Al presente, Altu Pata/El Alto ratifica su(s) identidad(es). Es centro productor industrial, conectado a las diversas provincias paceñas, así como múltiple articulador/distribuidor en escalas mayores. Si se insiste en aspectos como los servicios urbanísticos y educativos, el medioambiente y la seguridad, puede seguir ofreciendo inmensas cuanto esperanzadoras posibilidades a sus habitantes.

Fuentes: Comunicación personal con Germán Choque, marzo de 2014.

Diez de Medina, Francisco Tadeo, “Diario del alzamiento de indios conjurados contra la ciudad de Nuestra Señora de La Paz”, 1781, transcrito y estudiado por María Eugenia del Valle de Siles, La Paz, Escuela de Artes Gráficas del Colegio “Don Bosco”, 1981.

“Un relato inédito de 1811: Sucesos del cerco de La Paz por el Presbítero D. Ramón de Mariaca”, transcripción de Teodosio Imaña Castro, en Noesis (Pensamiento). Revista de la Universidad Mayor de San Andrés, Año II, No. 2, septiembre de 1960, pp. 79-103.

Texto: La Prensa
Diseños: Alberto Medrano

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