El desocupado
“(…) Dijo: Quiero labor, soy fuerte y sano
resisto la fatiga.
Tengo brazos de hierro. De lejano
país vengo, golpeando en cada puerta
pero mi esfuerzo es vano.
(…) Dijo: por el amor de vuestros muertos
no me dejéis volver.
Es cosa tremenda estar despiertos
cuando hay hambre…”
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