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viernes, 6 de febrero de 2015

LOS BACHILLERATOSPOPULARES EN ARGENTINA: UNA APROXIMACIÓN A LA EXPERIENCIA DE LOS BACHILLERATOS1º DE MAYO Y PAULO FREIRE

Ponencia presentada en la ciudad de la Habana en Cuba, en enero de 2015 en  el Congreso de Pedagogía 2015. Evento que se organiza cada 2 años y reune  a los  trabajos pedagógicos más relevantes del continente americano.  


Autores:
Barral,Martin: Profesor de Historia (UBA) Docente del Bachillerato Popular 1º de Mayo y Paulo Freire, Argentina, martinpablobarral@gmail.com

Barreiro, Pastor Ulises: Docente del Bachillerato Popular 1º de Mayo, Argentina, barreiroulises@gmail.com

Nardulli, Juan Pablo: Profesor y Licenciado en Historia (UBA), Magister en Educación (UBA). Docente del Bachillerato Popular 1º de Mayo, Argentina, jpnardulli@hotmail.com

Palabras clave: Bachilleratos Populares, Políticas neoliberales, Educación de Jóvenes y Adultos, Escuela Pública Popular.

Forma de presentación de sus resultados científicos: Power Point y oral.

Simposio: Alfabetización y educación de jóvenes y adultos.

Resumen: En el presente trabajo se pretende presentar la experiencia de los Bachilleratos Populares de Argentina como presencia disruptiva en el escenario educativo a partir del enfoque sobre dos espacios educativos impulsados por la Cooperativa de Educadores e Investigadores Populares (CEIP) que desarrolla su actividad en articulación con empresas recuperadas, organizaciones sindicales y barriales en lucha.



INTRODUCCIÓN:
Los bachilleratos 1º de Mayo y Paulo Freire surgieron a partir del impulso de la Cooperativa de Educadores e Investigadores Populares (CEIP). En sus inicios la CEIP, conformada por docentes e investigadores vinculados a la educación de jóvenes y adultos en la provincia de Buenos Aires, desarrolló su propuesta a partir de la articulación con el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER), que nuclea espacios productivos recuperados por sus trabajadores desde los años ’90 que suelen tomar la forma legal de cooperativas. La CEIP también desarrolla articulaciones con otras organizaciones sociales impulsoras también de espacios educativos, particularmente en el marco de la Coordinadora de Bachilleratos Populares en Lucha. Con el paso del tiempo, los bachilleratos de la CEIP se fueron desarrollando en relación a empresas recuperadas, sectores sindicales en lucha y organizaciones sociales de base territorial con el objetivo de fortalecerlos y ampliar sus alcances al ámbito educativo, con propuestas alternativas a las tradicionales. No obstante se presentan articulaciones entre organizaciones que desarrollan propuestas educativas distintas, comparten un frente de lucha en común en la interpelación al Estado. A continuación veremos el surgimiento de los Bachilleratos Populares[1], como parte de un proceso general que se vincula al desarrollo de los llamados movimientos sociales. Estos, sin pretender abordar aquí la diferenciación entre “nuevos” y “viejos” movimientos sociales, expresan la interpelación al orden establecido de diversos modos, rechazando un modelo de sociedad excluyente y en algunos casos planteando la posibilidad de anticipar relaciones sociales post-capitalistas en los espacios del presente.




¿CÓMO NACEN LOS BACHILLERATOS POPULARES?
En una breve síntesis, podemos señalar una multiplicidad de elementos donde se destacan la desindustrialización, la informalización y el deterioro de las condiciones laborales, los cambios económicos y sociales que tuvieron lugar a partir de los años ‘70 en la Argentina. En la misma medida que las políticas públicas se desdibujaban expresando el corrimiento del Estado de su papel de garante de derechos sociales, el surgimiento de un conjunto de organizaciones populares de origen y objetivos diversos ocupó un vacío que comenzó a llenarse no sólo de comedores y merenderos, sino también de nuevos espacios de organización del campo de los oprimidos. Trabajadores desocupados, pobladores de villas, militantes de las tradiciones clásicas de la izquierda y del nacionalismo popular, etc. ocuparon la escena del conflicto social que la traición de un amplio espectro de la dirección sindical y política tradicional había abandonado e invitaba a abandonar. El surgimiento de los BBPP tiene como marco ese escenario. Los Bachilleratos comenzaron desarrollándose sin reconocimiento oficial ni financiamiento, desafiando las políticas públicas que, entonces y en el presente, no logran dar respuesta a las necesidades educativas de jóvenes y adultos que fueron expulsados de la escuela media. El derecho vulnerado a la educación fue asumido en términos de respuesta y perspectiva de construcción militante por un conjunto de movimientos sociales. Actualmente la CEIP es responsable de los bachilleratos populares “1º de Mayo” y “El Cañón” (en articulación con ATE), “Raices”, “Agustín Tosco”, (en barrios populares de Tigre y Mar del Plata, respectivamente), “19 de Diciembre”, “Chilavert”, “IMPA” y “Maderera Córdoba” (estos últimos en empresas recuperadas) y “Paulo Freire” (que funciona en la sede de la CTA-Capital). Los equipos docentes conjugan formación académica con compromiso militante, lo que explica que los espacios se hayan sostenido aún en condiciones de falta de pago de salarios o de demoras injustificables en el reconocimiento de la totalidad de estas escuelas públicas populares[2].




LAS ARTICULACIONES: DOS BACHILLERATOS POPULARES EN ESPACIOS DIFERENTES COMPARTEN LA MISMA LUCHA
El Bachillerato Popular Freire comenzó a funcionar en 2008 por iniciativa de la CEIP, bajo la propuesta de bachillerato itinerante y no graduado. Durante 2009 esta modalidad se transformó, el Freire pasó a tener una sede y anexos y se decidió graduarlo, en 3 años, como lo están los otros bachilleratos de CEIP. La sede se estableció en la “Cooperativa La Argentina”, panadería recuperada por sus trabajadores en 2004, y el anexo en IMPA, empresa emblemática del MNER. Un año después, en 2010, pasó a localizarse únicamente en “La Argentina”. A la par de este proceso el bachillerato impulsó una apertura hacia el barrio de Balvanera de la Ciudad de Buenos Aires. En la actualidad, y en virtud de una aproximación a la central de los trabajadores que mejor expresa los principios de autonomía de clase e independencia de los gobiernos, el Freire funciona en las instalaciones de la Central de los Trabajadores de Argentina (CTA) sobre la Avenida Independencia en el barrio de San Telmo, en la capital. No se trata sólo de una mudanza: reafirma la decisión de la CEIP de incorporarse como organización a la Central[3]. El Bachillerato Popular 1º de Mayo, comenzó su actividad en 2009 con una serie de talleres que anticipaban modalidades de trabajo desde la apertura formal en marzo del año siguiente. La articulación entre el sindicato de trabajadores del Estado (ATE) y CEIP hizo posible un desafío nuevo como la apertura de un Bachillerato Popular en el espacio de un organismo del Estado nacional, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial[4] (INTI) al que asisten trabajadores del organismo y vecinos del barrio próximo, en el límite entre la capital y la provincia de Buenos Aires. La lucha del conjunto de los BBPP de Argentina ha logrado, tras una década, el reconocimiento oficial de los más antiguos y el pago de salario a sus docentes. Este es el caso del Freire. Sin embargo, al momento de la escritura de estas páginas, la lucha no ha terminado y un grupo numeroso de escuelas públicas populares sigue reclamando con movilizaciones y clases públicas el reconocimiento que los funcionarios de la capital y de la Nación les siguen retaceando. Este es el caso de 1º de Mayo.




LA EXPERIENCIA DE LOS BACHILLERATOS POPULARES DE ARGENTINA COMO RESPUESTA A LAS POLÍTICAS DE PRECARIZACIÒN
A partir de los ‘90 se profundizaron en Argentina, como en casi toda América Latina, las políticas neoliberales y el paradigma educativo no estuvo al margen. Los cambios políticos y económicos desde la crisis de 2001 no significaron para el campo de la educación de jóvenes y adultos en Argentina un verdadero cambio de paradigma. Es posible enfocar el caso de algunos planes focalizados ministeriales en los últimos años, como los programas Fines. Los Planes Fines I y II no solo precarizan el trabajo de los docentes en términos de condiciones de trabajo y salariales. La precariedad laboral de estos trabajadores de la educación se condicen con la precarización educativa de la propuesta al punto que es posible considerar estas propuestas educativas como asociadas a las perspectivas fragmentadoras e individualizantes de los años ‘90. En pos de la inclusión se plantea como objetivo fundamental que los jóvenes y adultos que obtengan su título sin que se generen las condiciones para una tarea que promueva el pensamiento crítico ni un hacer colectivo en consecuencia. No resuelve los problemas históricos de la escuela tradicional que se manifiestan en el abandono o la deserción. El Plan FinEs II habilita la proliferación de aulas en sedes en distintos ámbitos, como clubes o asociaciones barriales pero también en locales de punteros políticos barriales que presentan la propuesta como una dádiva más a los vecinos más postergados. En los hechos la cursada FinEs II se reduce a menos de un tercio de lo proyectado en un año para la educación común[5]. Hasta aquí hemos presentado con perspectiva crítica la principal propuesta educativa de la Argentina actual para los jóvenes y adultos de los sectores populares que quedaron por fuera de la escuela media, expulsados por la realidad socioeconómica y por un formato de escuela tradicional que no logra contenerlos. La experiencia de los BBPP constituye la respuesta más importante en el campo de la educación de adultos en Argentina de las últimas tres décadas.



LOS ANTECEDENTES DE UNA EXPERIENCIA DISRUPTIVA EN LA EDUCACIÒN DE ADULTOS DE ARGENTINA
Presentada a veces como una absoluta novedad vinculada a los llamados nuevos movimientos sociales, esta experiencia requiere ser situada en relación a la historia de la educación de jóvenes y adultos en nuestro país. Durante buena parte del siglo XX la problemática de la educación de adultos quedó reducida al problema de la alfabetización y no fue hasta los años sesenta, con la creación de la Dirección Nacional de Educación del Adulto (DINEA), que se estableció un ámbito institucional que centralizó la planificación del sector, atendiendo a sus particularidades, como parte del sistema educativo. Con la creación de los Centros Educativos de Nivel Secundario (CENS) en los AÑOS ’60 se expresó una nueva política en el campo de la educación media de adultos. Si la impronta de la DINEA estaba determinada por una perspectiva tecnocrático-desarrollista orientada a la formación de recursos humanos adecuados a las necesidades del capital, el sentido de la educación de adultos cambió en 1973 como parte del proceso político que colocó al frente del área a sectores de la izquierda peronista. En la heterogénea proliferación de CENS encontramos aquellos que se desarrollaron en articulación de la DINEA con sindicatos, pensados en la perspectiva de la formación de un sujeto adulto que también y de un modo fundamental era sujeto político capaz de asumir un papel en el proceso de reconstrucción y liberación nacional.[6] El anclaje del espacio educativo en el proceso de lucha y organización popular es quizá la marca más fuerte de nuestras escuelas que sin duda recogen en este punto aquella tradición. Tanto la perspectiva del Bachillerato Popular 1º de Mayo, como la del Bachillerato Popular Paulo Freire, prioriza al estudiante como actor principal en el desarrollo cotidiano en cuanto a la adquisición de conocimiento en una praxis que apunta al desarrollo de una conciencia crítica con un claro anclaje de clase. Esto es de importancia para pensar lo autogestivo porque implica el punto de partida fundamental de cualquier proyecto tendiente a la autonomía de clase. Concebir al llamado sujeto pedagógico, concepto que contendría a educadores y educandos, como sujeto capaz de gestionar la propia escuela es una clave fundamental para realizar una lectura de la tendencia a la autogestión en los bachilleratos populares de CEIP y del conjunto de los Bachilleratos Populares[7]. La definición del educando como sujeto estudiante joven y adulto, o del hecho educativo y como poseedor de saberes válidos. Ellos son definidos como sujetos migrantes de la educación, que fueron expulsados del sistema educativo. El proceso de expulsión fue construido en el imaginario de los educandos muchas veces como instancia de fracaso individual descargando de los hombros de un sistema capitalista que necesita la reproducción de la desigualdad como condición para su misma existencia, la responsabilidad del abandono escolar y su dimensión social. Así tomamos a Moacir Gadotti (1993) quien introduce la noción de “escuela pública popular” para referirse a la escuela pública estatal progresista con control de la sociedad civil, tendiendo a la autogestión escolar sin perder el horizonte político emancipador en clave de construcción del socialismo. En esta propuesta, la escuela sería de libre acceso, obligatoria, laica, pública, creada y mantenida por el Estado y bajo el control de la población, promoviendo la articulación de la lucha educativa con el conjunto de la lucha social. El recorrido de la CEIP habilita una revisión y profundización de esta definición a la luz del caso analizado. La propuesta que prima en el seno de nuestra organización alude a esta necesidad de una escuela pública popular, en la cual el Estado de cuenta de los recursos necesarios para la construcción de escuelas gestionadas por las comunidades a través de sus organizaciones, en tensión con las políticas oficiales y propendiendo a fuerza de lo construido hasta aquí al diálogo con el conjunto de los trabajadores de la educación.







LA REESCRITURA DEL CONOCIMIENTO: UNA SITUACIÓN DE TRABAJO EN EL AULA
La construcción de conocimiento en clave de educación popular, particularmente en las materias vinculadas al conocimiento histórico-social, no puede agotarse en una presentación indignada de injusticias ni en la celebración de los saberes fragmentados de los estudiantes dispuestos en ronda. La fuerza de la indignación es sin duda importante pero en sí misma no produce conocimiento[8] y, nos animamos a decir, tampoco organización popular. Por otra parte, en el momento de escritura de estas líneas continúa desarrollándose entre las organizaciones que impulsan desde hace años los BBPP la discusión acerca del sujeto joven y adulto con el que trabajamos en estas escuelas nacidas en empresas recuperadas, barrios populares o en articulación con sindicatos. Desde una experiencia singular – un bachillerato popular en el partido de San Martin, provincia de Buenos Aires – consideramos excesiva la pretensión de proponer algo más que una aproximación pero al mismo tiempo hacemos explícito el hecho de que estas perspectivas que se presentan son las que orientan nuestra tarea. Nos ubicamos en el aula de Historia de primer año trabajando sobre el antiguo Egipto. Entre los objetivos de la materia se destaca la identificación de los mecanismos de apropiación del excedente por parte de un grupo social dominante en las sociedades precapitalistas. Las referencias que poseen los estudiantes son, desde ya, fragmentadas y diversas: imágenes cinematográficas, alguna referencia en retazos sobre la primavera árabe y por supuesto la imagen (fotográfica) de las pirámides. El profesor presenta el escenario recurriendo a diversos materiales (mapas, imágenes, etc). El momento de presentación incluye la lectura de un texto – elaborado por el profesor – sobre la construcción de las pirámides en el que los sacerdotes arengan a los campesinos movilizados durante la estación de la inundación señalándoles que los dioses imponen esa tarea y que además son esos mismos dioses los que hacen crecer las pirámides. La curiosidad y la incomodidad se ven aguijoneadas por la pasividad de los campesinos. La incomodidad se expresa en el momento de intercambio y se expresa en las preguntas y los comentarios: “estos campesinos eran unos ingenuos”, “no tenían cabeza”, “creían cualquier cosa”, etc. Hay una lectura colectiva de bibliografía seleccionada que aporta nueva información (características del trabajo agrícola, datos sobre la tecnología de la construcción, etc.). La lectura está potenciada por el conflicto identificado (¿por qué trabajan los que trabajan?). Se plantea entonces la situación de producción. Los estudiantes, siguiendo la indicación del profesor, deben reescribir el texto de la construcción de pirámides como un relato en primera persona desde la perspectiva de alguno de los actores involucrados (sacerdotes, campesinos, etc). La puesta en común es ese especial momento en el que intentaremos insertar ese conflicto singular en un movimiento totalizador. En la particularidad de cada Formación económico social (singularidad histórica) aparecen elementos que nos permiten establecer totalizaciones. Para ello aparece como necesidad una serie de palabras-herramientas (modo de producción, coerción extraeconómica, excedente, etc.) capaces de contener – teóricamente – otras formaciones históricas para hacerlas aprehensibles. En este recorrido fue posible pensar cómo la estructura económica, que tiene su expresión en el momento superestructural, necesita también de ese momento como condición de posibilidad.




A MODO DE CONCLUSIÓN:
Es necesario contextualizar el escenario en el que se ha desarrollado la experiencia de los BBPP durante la última década. El momento de crisis del modelo de acumulación neoliberal y de quiebre de la gobernabilidad en Argentina se expresa en las calles con el estallido popular del 19 y 20 de diciembre de 2001. El indiscutible mérito de los gobiernos de Nestor Kirchner (2003-2009) y Cristina Fernández (2009 hasta el presente) fue la de la doble reconstrucción de la confianza de la población en el sistema político y de las condiciones para la acumulación de los sectores del capital. En esta reconstrucción jugó un papel importante la incorporación al discurso oficial y a las políticas públicas de una cantidad de demandas populares. De este modo un amplio sector de organizaciones populares se encuadró detrás del proyecto oficial, aún señalando ciertos aspectos críticos. Lo que queremos destacar aquí es que en materia de políticas vinculadas al campo de la educación de adultos no ha habido transformaciones de fondo que reformulen una matriz de raigambre neoliberal que se expresa en la sucesión de planes y programas focalizados, presentados incluso con un ropaje ideológico diferente.
En este escenario ya no resulta posible – ni a los funcionarios resignados a ser administradores de lo posible, ni a los sectores sindicales docentes que sostienen una concepción liberal de la educación pública y de lo público – desconocer la potencia de la experiencia educativa de las organizaciones populares que viene desarrollándose desde hace una década. Organizaciones que no se resignan a ser objeto de estudio académico, laboratorio para la militancia postmoderna o decorado colorido para actos oficiales, sino protagonistas del necesario debate sobre el proyecto de sociedad y de país al que aspiramos para avanzar en el camino, ahora sí, de la definitiva Liberación. Un debate que no puede ser meramente académico y que, según creemos, sólo puede ser fructífero si acompaña el proceso de construcción de las herramientas organizativas para la lucha por la superación de este sistema sin quedar atrapado en la jerga de la anticipación y el posibilismo. Herramientas en suma para la construcción, atenta al proceso histórico latinoamericano, de un Socialismo que se anime a ser creación heroica.




Bibliografía:
BERARDI, Franco (2007) Generación post-alfa. Buenos Aires: Ed. Tinta Limón.
BARREIRO-GROMEZ (2012) “La Transformación Social a travez del Arte y la Pedagogía”, Editorial Académica Española, Madrid.
CASTORIADIS, C. (1976) La sociedad burocrática. Volumen 1: “Las relaciones de producción en Rusia”, Volumen 2: “La revolución contra la burocracia”, Barcelona: Tusquets.
CASTORIADIS, C. (1983) La institución imaginaria de la sociedad. Volumen 1: “Marxismo y teoría revolucionaria”. Barcelona: Tusquets.
 COLLONGES, Lucien (Coord.) (2010) Autogestion. Paris : Ed. Hors Collection.
ELISALDE, Roberto y AMPUDIA, Marina (Coord.) (2008) Movimientos Sociales y Educaciones; Buenos Aires; Ediciones Buenos Libros.
GADOTTI, Moacir y TORRES, Carlos (comp.) (1993) Educación popular. Crisis y perspectivas; Buenos Aires; Miño y Dávila.
MC LAREN, Peter (1995) La escuela como un performance ritual. Hacia una economía política de los símbolos y gestos educativos; Madrid; Siglo XXI.
PIZZETA ADELAR Joao (2009) Prólogo a la edición en español”: En: Sector de Formación MST Método de trabajo y organización popular; Brasil, Editorial El Colectivo.
PUIGGRÓS, Adriana (2006) Qué pasó en la Educación Argentina. Buenos Aires: Editorial Galerna.
RODRIGUEZ, Lidia (1995) “El adulto como sujeto pedagógico y la construcción de nuevos sentidos” en: PUIGGRÓS, Adriana (Dir.) Discursos pedagógicos e imaginario social en el peronismo 1945-1955. Buenos Aires: Editorial Galerna.
SALETE CALDART, Roseli (2002) Pedagogía do Movimiento Sem Terra. Petrópolis: Vozes.
SVERDLICK, Ingrid y COSTAS, Paula (2008) “Bachilleratos Populares en Empresas Recuperadas y Organizaciones Sociales, Buenos Aires-Argentina”: Gentili y Sverdlick (comp.) Movimientos sociales y derecho a la educación: cuatro estudios; Buenos Aires; Fund. Laboratorio de Políticas Públicas, Laertes S.A. de Ediciones; Barcelona
TRINCHERO, Héctor H.(Dir.) (2005) Las empresas recuperadas en la Argentina. Buenos Aires: Facultad de Filosofía y Letras, SEUBE, Universidad de Buenos Aires
WILLIAMS, Raymond (1980) Marxismo y literatura. Barcelona; Península Artículos y ponencias.
LLOSA, Sandra (et. al) (2001) “La situación de la educación de jóvenes y adultos en la Argentina en un contexto de neoconservadurismo, políticas de ajuste y pobreza”, en Revista Brasileira de Educacao ANPEd Associacao Nacional de Pos-Graduacao e Pesquisa em Educacao: Brasil et/Out/Nov/Dez. 18.
MANZANO,Virginia (2004) “Movimientos Sociales y Protesta Social: una perspectiva antropológica” Buenos Aires: Universidad de Buenos Aires Oficina de Publicaciones de la Facultad de Filosofía y Letras OPFYL.
[1] A partir de ahora nos referimos a los Bachilleratos Populares como: BBPP
[2] El espacio de funcionamiento es provisto generalmente por las propias empresas recuperadas, organizaciones o sindicatos.
[3] Una de las características de la CTA es que nuclea, desde sus orígenes en los años ’90 cuando encabezó la lucha contra las políticas de ajuste neoliberal, no sólo organizaciones sindicales sino también movimientos sociales.
[4] Desde los años ’50 el INTI ha sido el organismo del Estado nacional más importante para apuntalar el desarrollo del sector industrial aunque ha tenido orientaciones diversas en manos de gobiernos con proyectos diferentes y hasta antagónicos. En el presente el INTI emplea algo más de mil trabajadores, la mayoría de los cuales está radicado en el Parque Tecnológico Miguelete. Allí funciona el Bachillerato.
[5] Así se fragmenta y regionaliza el curriculum a niveles nunca alcanzados a la fecha: este Gobierno que sostenía que homogenizaría el sistema educativo mantiene las tendencias a la descentralización y regionalización inauguradas en la década del sesenta.
[6] El sentido explícito de estos espacios educativos era llevar: “…el proceso de aprendizaje a los centros productivos y a los lugares donde la clase trabajadora se expresa orgánicamente…”. DINEA “CENS. Centros Educativos de Nivel Secundario”. Ministerio de Cultura y Educación de la Nación. 1974.
[7] Existen actualmente tres coordinadoras que agrupan a las más de cuarenta escuelas que despliegan su actividad especialmente en la capital y el área metropolitana de la Provincia de Buenos Aires.

[8] Frente al discurso panglossiano del neoliberalismo Paulo Freire exigía, pensando en términos de una ética universal inherente a la condición humana, cultivar la indignación frente a la injusticia como condición de posibilidad de un proyecto político-pedagógico transformador. Freire, Paulo. Pedagogía de la autonomía. Bs. As. Siglo XXI. 2002. Pág. 16-17. En Marx encontramos tempranamente referencias a la relación entre indignación y crítica. Una crítica que: “… no se presenta como un fin en si mismo sino solamente como un medio. Su pathos fundamental es la indignación, su obra fundamental, la denuncia.” Marx, Karl. Introducción a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel. Buenos Aires. Ed. Del Signo. 2004. Pág. 54.












lunes, 20 de octubre de 2014

Clases Públicas del Bachillerato Popular 1 de Mayo


Se llevó a cabo una clases publica de los docentes y estudiantes del Bachillerato Popular 1 de Mayo, como se ve en las fotografías docentes y estudiantes, junto a trabajadores del INTI, y colegas docentes de otros establecimientos educativos. 

Entre los docentes presentes había representantes de los siguientes centros educativos y movimientos sociales: Bachillerato Popular Raíces, Bachillerato Popular Maderera Córdoba, Bachillerato Popular Paulo Freire, y distintas organizaciones sociales y sindicales estuvieron presentes. Mostrando su apoyo para que no se cierre el establecimiento educativo 1 de Mayo.  

La clase pública fue en el pabellón N4 del INTI. Se esperan nuevas movilizaciones para la semana entrante.

Jorge Nuñez 
(Estudiante del Bachillerato Popular 1 de Mayo)














miércoles, 16 de julio de 2014

Ponencia sobre el Bachillerato Popular Paulo Freire:


Políticas pedagógicas autogestivas en el Bachillerato Paulo Freire

Ponencia: Jornadas Internacionales

de Problemas Latinoamericanos,

Universidad Nacional de Córdoba. Del

18 al 20 de Noviembre de 2010. 



                        Htt:/jornadaslatinoamericanas.blogspot.com      
                        2jornadaslatinoamericanas@gmail.com

  Políticas pedagógicas autogestivas en el
Bachillerato Popular Paulo Freire


Simposio 32: Experiencias de autogestión en el seno de los Movimientos Sociales. Balance y Perspectivas.

Palabras claves: Las tensiones en la autogestión, los procesos de reterritorialización y los aportes de los espacios de formación en la práctica política.

Autores:
BARREIRO, Pastor Ulises
Docente del Bachillerato Popular Paulo Freire, miembro de la  Cooperativa de Educadores e Investigadores Populares; Estudiante de grado de Historia, Facultad de Filosofía y Letras, UBA. Mail:uli@ulisesbarreiro.com.ar

BASSA, Ezequiel
Docente del Bachillerato Popular Paulo Freire, miembro de la Cooperativa de Educadores e Investigadores Populares; Estudiante de grado de Sociología, Facultad de Ciencias Sociales, UBA.  

GROMEZ BADALONI, Dominique Lucía
Docente del Bachillerato Popular Paulo Freire, Miembro de la Cooperativa de Educadores e Investigadores Populares; Estudiante de grado de Antropología, Facultad de Filosofía y Letras, UBA.

PAUTASSO, María José
Docente del Bachillerato Popular Paulo Freire, miembro de la Cooperativa de Educadores e Investigadores Populares; Estudiante de grado de Antropología, Facultad de Filosofía y Letras, UBA. 

PAUTASSO, María Ludmila
Docente del Bachillerato Popular Paulo Freire, miembro de la Cooperativa de Educadores e Investigadores Populares; Estudiante de grado de Geografía, Facultad de Filosofía y Letras, UBA. 

Resumen: 
Desde mediados de la década del noventa se impulsa la experiencia de los bachilleratos populares, en articulación con la recuperación por los trabajadores de espacios productivos. En el marco de un proceso excluyente, múltiples movimientos sociales intentan dar respuestas a las necesidades de educandos migrantes en el sistema educativo excluyente. Los bachilleratos populares emergen en relación a problemáticas del campo de la educación de jóvenes y adultos.
El encuadre analítico del escrito se insertará en el paradigma freireano de educación popular recalando en la conceptualización de Gadotti de la escuela pública popular. Este anclaje teórico nos permitirá dar cuenta de una apropiación de la propuesta original de Freire reactualizando la tensión entre la educación formal y no formal.
El objetivo de la presente ponencia es analizar las políticas pedagógicas autogestivas del Bachillerato Popular de Jóvenes y Adultos Paulo Freire de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires entre los meses de mayo y septiembre de 2010. Específicamente abordaremos las tensiones en la autogestión, los procesos de reterritorialización y los aportes de los espacios de formación en la práctica política.

    1. Introducción
El presente texto intenta abordar las prácticas del Bachillerato Popular “Paulo Freire” (BPPF), de la Cooperativa de Educadores e Investigadores Populares (CEIP). La CEIP articula su propuesta con el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER). Este último nuclea empresas recuperadas por sus trabajadores (ERT), muchas de ellas con bachilleratos al interior. Los bachilleratos populares (BBPP) se relacionan en general con ERT y organizaciones territoriales. La CEIP comprende varios bachilleratos y articula relaciones con otras organizaciones o frentes que desarrollan diferentes propuestas educativas. Quienes presentamos esta ponencia somos docentes del BPPF y militantes de la CEIP. Sin embargo, este escrito no tiene la intención de representarlos.
El comienzo de los BBPP así como del MNER data de 1998, continuando ambos procesos su desarrollo conjunto en el contexto argentino posterior a la crisis de 2001. Los bachilleratos comenzaron desarrollándose sin reconocimiento oficial ni financiamiento. Su propuesta implica el funcionamiento de bachilleratos de jóvenes y adultos marginados por el sistema educativo, impulsados por colectivos de educadores populares que se autodefinen como militantes sociales y políticos. El espacio territorial y social que los acoge es provisto generalmente por ERT, movimientos sociales e incluso en articulación con sindicatos, intentando contribuir con la elaboración de perspectivas críticas, así como fortalecer la autovaloración de los educandos, que suelen ser actores sociales expulsados del ámbito educativo, los cuales en general vivieron este proceso como instancia de fracaso individual. Se plantea una promoción colectiva, con la apropiación y síntesis de saberes académicos, del mundo del trabajo y de lucha. 
En una breve reseña, podríamos decir que el BPPF, comenzó a funcionar en 2008. Durante 2009 pasó a desarrollarse con la figura de sede y anexos. La sede se estableció en la “Cooperativa La Argentina” y el anexo en IMPA. Sin embargo, en 2010 el BPPF pasó a localizarse únicamente en “La Argentina” por dificultades de coordinación y falta de docentes que pudieran ocupar ambos espacios; a esto puede sumarse la apertura al barrio de Balvanera de la Ciudad de Buenos Aires, en el cual se localiza “La Argentina”.
El objetivo de la presente ponencia es analizar las políticas pedagógicas autogestivas del BPPF en el año 2010. Específicamente abordaremos las tensiones en la autogestión y los aportes de los espacios de formación en la práctica política. Desarrollaremos estos ejes desde la perspectiva de una escuela pública y popular autogestionada, con “control social” e interpelación al estado, así como con una reterritorialización social y política.[1] 
Nos referimos a la educación en movimientos sociales como educación popular, en el sentido inclusivo de proyectos educativos alternativos, plurales, con mayor o menor sistematización, que se relacionan con la sociedad y su vida política, construyendo propuestas comprensivas de la necesidad de trascender las fronteras tradicionales de lo educativo, para que este ámbito pueda tener un rol transformador de la desigualdad. El carácter contra-hegemónico de diversos BBPP está disputado según la pluralidad de concepciones de sus integrantes y los procesos históricos de interpelación y negociación con el Estado. Nos parece importante, dada la fase de estructuración y articulación política con otros movimientos sociales que transitan los Bachilleratos, dedicar un tiempo al estudio de problemáticas concretas que surgen en la cotidianeidad.[2]
En el mundo actual de fragmentación de saberes, es imprescindible estudiar las dinámicas profundas de cada ámbito de producción colectiva si se busca socializar conocimientos alternativos o crear nuevas redes alternativas. Integrar de modo crítico dimensiones subjetivas y colectivas sirve asimismo para redefinir el modo de investigar la realidad. Puede implicar, por ejemplo, un compromiso con la sociedad en general así como un compromiso con un colectivo concreto, con historias y luchas propias.
Siguiendo a McLaren[3], concebimos a la escuela como posible ámbito de disciplinamiento (“fábrica de saberes”) y reproducción de un status quo, tanto como de  subversión, creación y transformación. McLaren comprende el aspecto ritual escolar que suscita ambas posibilidades antagónicas y se compromete con la segunda vía, comparando ambos caminos, uniéndose a la lucha por una educación que promueva una sociedad libre e igualitaria.

    2. Autogestión
A partir de la implementación de las políticas neoliberales y, principalmente, la crisis atravesada durante el año 2001 surgen nuevos sujetos políticos comprendidos en renovadas formas de agrupación.  Éstas no se limitan a demandas que atañen meramente a lo económico sino que son de carácter cívico, esto es, comprenden demandas que van más allá: se trata de una amplia gama de derechos sociales, tales como el derecho a la educación, la salud, la cultura y la vivienda entre otros.[4] 
En estas nuevas organizaciones populares la educación cumple un rol diferencial, se la resignifica en tanto pública y popular, poniendo en tensión los fundamentos de la educación formal imperante. Los BBPP surgen como  respuesta a la crisis económica y al retroceso del Estado en política social y apuestan a una reconstrucción y resignificación de la educación pública popular; es decir, se trata de experiencias de educación popular que no surgen solamente para dar cuenta del vaciamiento y las necesidades que las políticas neoliberales marcaron en la educación pública, sino también para recuperar las tradiciones de educación popular latinoamericanas. Hacen a la formación de sujetos políticos críticos conscientes de la desigualdad social vigente, donde se construyan colectivamente nuevas formas de participación y democracia.
 El BPPF es comprendido como una organización social y política que se presenta con una propuesta pedagógica alternativa, donde la escuela es vista como una organización social pública, popular y autogestionada. Nos detendremos aquí en el proceso autogestivo.  Comprendemos  la autogestión como un proceso dinámico, que se presenta como una lucha constante en la organización propia de los bachilleratos.
Podemos distinguir dos instancias dentro de la política autogestiva del BPPF: (i) hacia afuera, su posicionamiento y accionar en la interpelación al Estado; (ii) hacia adentro, la dinámica interna de organización del BPPF.  Esta distinción analítica no implica la disociación de las dos instancias sino que, por el contrario, son parte de un mismo proceso.
El posicionamiento político de (i) la CEIP frente al rol del Estado es que éste debe ser garante del derecho a la educación y, por ende, financiar experiencias educativas inclusivas como lo son los BBPP.  Ahora bien, según Elisalde y Ampudia, los BBPP son:

 “escuelas como organizaciones sociales autogestionadas que aspiran a trascender el adentro y que se integran en el ámbito de lo barrial y social, alcanzando el afuera, suprimiendo los límites de la diferencia entre uno y otro espacio; donde la escuela pueda ser parte de la comunidad, concibiéndola, asimismo, como un campo de tensión y discusión permanente entre una y otra dimensión”.[5] 
Se presenta una concepción de escuela que pone en tensión la lógica y los principios hegemónicos de las políticas educativas estatales: una educación bancaria donde el saber sólo se presenta dentro de los límites del espacio educativo, de la escuela. 
Los BBPP se encuentran en tensión y disputa de lo “público” dentro del Estado, visibilizando las implicancias de un sistema educativo que genera la exclusión de jóvenes y adultos que migran a una propuesta educativa que intenta comprenderlos como sujetos múltiples: trabajadores, madres/padres, militantes, sujetos en situación de precariedad socioeconómica.  No solo se subvierte así la premisa neoliberal de que toda la educación es pública, sino que también, se trata de construir popularmente el espacio de lo “público”.
Esta tensión en la experiencia cotidiana de estas relaciones -BBPP / organismos del Estado- fue conformando una serie de intereses, disputas, conflictos que hacen a un movimiento permanente de demandas que se van a ir transformando con el correr de los años,  formando un campo de disputas a partir de una correlación de fuerzas. Como argumentan  Ingrid Sverdlick y Paula Costas[6], la lucha de los BBPP se ha ido transfigurando a lo largo de los años, tanto sus reivindicaciones como sus estrategias políticas, debido a la propia evolución y crecimiento del colectivo y  por la diversidad del contexto político.
Nos limitaremos brevemente a señalar las demandas actuales del plan de lucha de los BBPP: reconocimiento y financiación de todos los BBPP en funcionamiento, aceptando las normativas y los proyectos políticos pedagógicos propios.  En este punto se destaca la tensión señalada.  El logro de la oficialización de la mayoría de los BBPP -mediante planes de lucha-  por parte del Gobierno de la Ciudad, quien los reconoció y legalizó permitiendo el otorgamiento de títulos oficiales, es la contracara del no financiamiento integral de estos espacios educativos y del no pago de los salarios de los educadores populares que llevan adelante estos proyectos.  Además se pugna por un sistema de becas a estudiantes que signifique una ayuda real para los Jóvenes y Adultos que concurren a los BBPP.
En este punto deben destacarse (ii) las prácticas asamblearias en las que participan educandos y educadores. Éstas se desarrollan una vez al mes en horarios rotativos, con el fin de que puedan participar la mayoría de los sujetos. Se trata de un espacio que comprende múltiples temáticas que van desde la organización cotidiana en la limpieza  (a cargo de docentes y estudiantes) hasta planes de lucha colectiva en articulación con otros bachilleratos. También funciona como un ámbito de circulación de la información.  Y es, sobre todo, un espacio de formación política, que intenta ser participativo y democrático.
En este espacio se experimentan nuevas formas de organización que chocan con las formas autoritarias de toma de decisión. Ahora bien, como aclara el colectivo de profesores del Bachillerato Popular “Las Dos Palmeras” (CEIP): “La participación genera un movimiento de idas y vueltas de experiencias y sensaciones que circula a lo largo del desarrollo de la asamblea, y no todos participamos de la misma forma”.[7] 
Debemos considerar que si bien el BPPF abrió sus puertas en el 2008, fue recién en este año -2010- que aumentó marcadamente el número de estudiantes; es por esto que la asamblea es un espacio en construcción y donde existen diferentes grados de apropiación.  Debe tenerse en cuenta que para la mayoría de los estudiantes es un primer acercamiento a experiencias de este tipo con toma de decisiones consensuadas colectivamente mediante asamblea. Sverdlick y Costas marcan al respecto:

“El modelo neoliberal instaló la negación de la política como elemento constitutivo de las relaciones entre las personas, desconociendo a la población como sujeto político hacedor de su historia, de su vida y de su destino. A su vez, esto implicó, entre otras cosas, el descreimiento de la política, una mirada reducida a las prácticas político-partidarias, la política asociada sólo a determinadas formas de ejercerla (verticales y clientelares) (…)”.[8] 

La asamblea, la toma de decisión colectiva, la toma de la palabra, el respeto a lo dicho por el otro forman parte de un proceso de aprendizaje. La trayectoria de tal proceso en el bachillerato que nos ocupa, puede resultar una temática interesante a indagar en investigaciones futuras.
También se desarrollan mensualmente reuniones entre los educadores populares en donde se discuten cuestiones administrativas, de organización institucional, de trayectorias de los estudiantes, de formación y debate pedagógico y político.



    3. Formación en la práctica política
El modelo de cooperativa tomado por las ERT se relaciona favorablemente con los BBPP y su concepción del hecho educativo. Si bien las ERT no tienen una concepción uniforme del cooperativismo, suelen nuclearse en torno a propuestas similares. En general, no sin conflictos,  se destaca la visión de un espacio horizontal, igualitario y equitativo en lo que refiere al reparto de ganancias así como a la toma de decisiones. De un modo similar, en los BBPP las propuestas tomadas del campo de la educación popular intentan construir conocimiento de modo horizontal e igualitario. Esta característica se presenta tanto en el campo metodológico-epistemológico del saber, como en puntos concretos de las prácticas cotidianas de construcción de una escuela popular.
La tendencia a la autogestión en movimientos sociales, como el Movimiento Sin Tierra (MST), atraviesa tanto a prácticas productivas de necesidades y bienes materiales, como a prácticas de producción de conocimiento, abarcando la esfera laboral-productiva y la construcción de conocimiento y de sujetos políticos. En las ERT articuladas con BBPP, la formación en la práctica política se construye con aportes del modelo cooperativista y a partir de una concepción de la educación como hecho ineludiblemente político. La figura de las ERT confluye en cuestiones organizativas con el objetivo de los BBPP: ambas implican una formación política conlos sujetos allí participantes. Encontramos una apertura de saberes y, por ende, una distribución más equitativa de poder.
Asambleas, marchas, movilizaciones y eventos culturales revelan este posicionamiento común entre movimientos sociales y educación, que impulsan el desarrollo socio-político en el ámbito de la sociedad civil. La coordinación abarca desde lo “micro” y lo local, hasta planos más vastos de articulación política. La formación en la práctica política se entiende en el siguiente sentido, enunciado por el MST:

“La apropiación del conocimiento científico, de las experiencias históricas, de las estrategias de lucha, de organización y también la formación política, son condiciones esenciales para el avance de una organización en la cual sus miembros se transforman en sujetos políticos con capacidad de pensar, de elaborar, de hacer”.[9] 

La formación en la práctica política debe ser abordada partiendo del sujeto de la educación popular, en sus dimensiones concretas, coyunturales, así como en sus dimensiones más teóricas y abstractas. Ambas esferas se encuentran en la génesis del proyecto de educación popular. Freire refiere a un sujeto de la educación popular en términos de oprimido, a la vez que interpela a un sujeto campesino concreto. La amplia aplicación de su método, así como su enfoque dialógico procesual, radican en este doble carácter de los agentes sociales.
El proyecto pedagógico del BPPF se dirige a miembros de organizaciones sociales autogestionadas y al barrio de localización del mismo.  Sin embargo, en la práctica el bachillerato también cuenta con estudiantes provenientes de zonas lejanas. No obstante, quienes vienen desde lejos, tuvieron acceso, en principio, a partir de redes sociales con miembros de cooperativas o estudiantes provenientes de otros BBPP. Varios estudiantes cursaron en espacios como “Maderera Córdoba” o “El Telar” y decidieron ingresar al BPPF por diversas situaciones, privilegiando la permanencia en escuelas populares. Docentes y estudiantes implican un sujeto heterogéneo en lo que respecta a rango etario, saberes previos, antecedentes de militancia y sector social de procedencia. Las varias instancias de formación en la práctica política (reuniones con agentes del gobierno, clases públicas, marchas, escraches, peñas solidarias, asambleas…) se desarrollan con complejidad en la participación de los sujetos. Los tiempos políticos de maduración revelan diferentes apropiaciones, a veces delimitadas por la previa experiencia en la militancia. Además se generan variaciones en la participación, relacionadas con situaciones laborales y/o personales de los actores.
La CEIP realiza reuniones mensuales organizativas, en las cuales pueden participar tanto docentes como estudiantes, decidiendo estrategias de lucha colectivas, así como propuestas de investigación y articulación política con otras organizaciones, frentes y centros comunitarios.
Diversas propuestas respecto de la incorporación de nuevos docentes, tareas de coordinación y administración surgen a medida que  se siente su necesidad en la práctica cotidiana. La incorporación docente era en un principio abierta; actualmente se la intenta regular a través de mayor cantidad de espacios formativos, reuniones con profesores y observación de las clases. En las mismas se evidencia el carácter militante de los docentes, cuyo trabajo con parejas pedagógicas implica una formación política dialógica y plural. No hay recetas estáticas para la formación, sino justamente múltiples instancias, articuladas entre sí, que revelan la ingenuidad de concebir una educación “neutral”, escindida de lo político.
Estos procesos pueden considerarse como bases para la construcción permanente de una “autonomía relativa” en términos de Williams[10], puesto que implican un alejamiento de prácticas más determinadas por la totalidad social, a la vez que evidencian tensiones y presiones en su relación con el resto de la sociedad, sobre todo con el Estado. Por otra parte, la formación en la práctica política debe pensarse también en términos de procesos rituales escolares y políticos. McLaren, en el estudio de rituales escolares, retomando el enfoque simbólico de Turner, afirma que estos pueden implicar una construcción de consenso o el desarrollo de procesos revolucionarios.[11] El ritual y el símbolo tienen tanto un potencial reproductivo como subversivo. A lo largo de su obra, McLaren se construye en investigador-actor a favor de una educación explícitamente cargada de sentidos y prácticas políticas, proponiendo un enfoque multiculturalista revolucionario. Estas propuestas y las prácticas formativas concretas de los BPPF implican la noción de una pedagogía de la pregunta, es decir una apertura a la pluralidad y la relocalización de educador y educando como sujetos políticos que no son meros transmisores y receptores de un único saber, sino colaboradores en una construcción común.

4. Territorios reterritorializados
“No hay individuo o grupo social sin territorio, es decir, sin relación de dominación y/o apropiación del espacio, ya sea predominantemente material o simbólica”.[12] 

Podemos considerar el surgimiento de los BBPP, entre ellos al “Freire”, como procesos de territorialización. Es decir, áreas geográficas apropiadas por determinados sujetos sociales, donde existen -en palabras de Mabel Manzanal- “relaciones espacializadas de  poder material y simbólico”.[13] 
Así, para comenzar, podemos analizar dónde se ubican algunos de los bachilleratos populares de la CEIP: en espacios brindados por empresas recuperadas. Estos lugares presentan un fuerte proceso de territorialización, tanto material (espacios físicos que fueron apropiados y recuperados por diversos trabajadores y comenzaron a funcionar como cooperativas) y a la vez, una apropiación simbólica del territorio (estos sitios no funcionan como una empresas propias del sistema capitalista, con su normas y reglas, sino como cooperativas donde se tiene una concepción diferente del proceso productivo y de las relaciones sociales de producción). El hecho de que el BPPF articule con una ERT –en este caso la panadería “La Argentina”- tiene una significación fuerte: no estamos hablando de la construcción de un espacio que funciona como cualquier escuela estatal o privada, sino de un sitio con una historia que los estudiantes y docentes tienen presente tanto en el discurso relatado como en lo transitado diariamente. Podemos observar esto, por ejemplo, en un caso concreto: los estudiantes y docentes todos los días colocan las sillas y mesas y al terminar desarman lo dispuesto, ya que el espacio educativo es a la vez un lugar donde se guardan los alimentos que se producen en la panadería y por donde se debe pasar para llegar a la cocina (espacio productivo).
Por otro lado, se puede ver además cómo territorios atravesados por políticas neoliberales dentro del sistema capitalista se convierten en espacios alternativos. Manzanal señala al respecto:
“territorios concretos cruzados por tendencias generales de globalización y descentralización, no dejan de ser sin embargo ámbitos abiertos a la transformación, a la vigencia de otros valores, a la expresión y participación de actores sociales que, en tanto sujetos, portan la capacidad de intervenir en los procesos y transformarlos”.[14]
Así, militantes y docentes de los BBPP pertenecientes a la CEIP, a través de sus prácticas, construyen territorios alternos al sistema educativo estatal llevando adelante un proyecto de educación popular.
Estos sujetos realizan un proceso de territorialización que busca la inclusión de las personas que no están dentro del sistema educativo oficial. Como sostiene Ampudia: “entendemos que organizar escuelas significa desterritorializarlas de su función social y reterritorializarlas  al campo de lo popular, con sus demandas y reivindicaciones”[15].  Puede observarse así, lo descripto por Sack cuando señala que “las relaciones territoriales están necesariamente constituidas por contextos sociales en los cuales algunas personas o grupos están reclamando el acceso diferencial a las cosas y a los otros”[16]. Los docentes del BPPF reclaman este acceso diferencial de determinados sujetos jóvenes y adultos a la educación y reclaman su inserción.
Esta apropiación simbólica también se va desarrollando paulatinamente en los estudiantes de los BBPP. Para muchos de ellos es totalmente novedoso el funcionamiento y la organización de los mismos (generalmente resulta impensado debido al recorrido que realizaron dentro del sistema educativo formal del que fueron excluidos). Pero el transitar estos espacios, cuyo objetivo es que los estudiantes terminen el bachillerato configurándose en sujetos críticos de la realidad social, hace que éstos comprendan el propósito de los mismos y de esta manera se sientan parte del proyecto y lleven adelante, junto con los docentes, diversas luchas. Estos procesos de territorialización generan en los estudiantes un sentido de pertenencia e identidad. Por ejemplo, en las marchas que se realizan para interpelar al Estado, no sólo son docentes los que participan sino que muchos son estudiantes.  En el caso del BPPF, al ser un espacio que se abrió recientemente, esta apropiación es aún mínima: los estudiantes que más participan en estas actividades son aquellos que vienen con una trayectoria militante previa al ingreso al bachillerato. 
Pero esta apropiación simbólica también es material. En el caso del BPPF además de situarse en una fábrica recuperada, la distribución dentro del aula también habla de una apropiación del espacio direccionada a la educación popular. Por ejemplo, existen mesas grupales (no individuales como en el sistema formal) para desarrollar el trabajo colectivo, donde el docente también se ubica en ellas y no en una posición superior y distante a los estudiantes. Es decir, esta distribución física en el espacio permite la creación de territorios en los que se desarrollan nuevas oportunidades de conocer, intercambiar e intervenir; nuevas formas de establecer relaciones sociales.
Un eje que no se puede aún analizar debido al breve tiempo de apertura del BPPF es la relación existente entre éste y su localización en el barrio; todavía no se han establecido vínculos fuertes con otras organizaciones sociales cercanas.  Lo que sí se puede decir, como caso concreto, es que el BPPF se localiza en un barrio muy transitado y que esto, junto con la realización de una volanteada por parte de los docentes, permitió que el número de inscriptos fuera mayor. 
  
5. Reflexiones finales
De lo esbozado emergen algunas consideraciones generales respecto del Bachillerato Popular Paulo Freire, que deberán ser ulteriormente profundizadas.
El carácter autogestivo del BPPF implica una tensión -en permanente construcción- en la interpelación al estado y en prácticas de organización interna que experimentan nuevas formas, las cuales intentan distanciarse de formas autoritarias de toma de decisión. Estas dinámicas apuestan a una reconstrucción y resignificación de la educación pública y popular para la formación de sujetos políticos críticos, conscientes de la desigualdad social vigente, con el objetivo de una transformación social. 
La formación en la práctica política busca en este sentido el desarrollo de una praxis conciliadora de la horizontalidad y la apropiación de poder por parte de la sociedad civil, la cual puede relocalizarse como parte integrante y formadora del estado o, al menos, interpeladora del mismo, llevando a cabo un proceso de autonomía relativa.
Manzanal se refiere a estos espacios particulares como territorios de la modernidad donde:

“hay actores y sujetos que: (i) tienen capacidad de gestar renovadas y creativas respuestas locales dirigidas a enfrentar la globalización, (ii) buscan construir otra realidad en los lugares donde habitan y trabajan, con sus habitantes, y con renovadas perspectivas; y (iii) sus acciones trascienden la estructura de clases sociales y la dominación de las jerarquías dirigentes”.[17]


Podemos pensar a los BBPP, entonces, como territorios de la modernidad; nuevas fuerzas alternativas a las hegemónicas que buscan como organizaciones sociales -a través de la educación popular- transformar las problemáticas socioeducativas que existen en la actualidad por medio de prácticas específicas -simbólicas y materiales- que enfrentan y reconfiguran las normas y políticas instituidas buscando horizontalidad, participación colectiva, autonomía y autogestión.
Mucho queda por trabajar en el Bachillerato Paulo Freire, pero si de algo estamos seguros es que se aprende caminando mancomunados. Como grita la bandera del bachillerato, retomando las palabras del pedagogo que le diera su nombre, “el mundo no es, el mundo está siendo”.







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[1] Gadotti Moacir y Torres Carlos (comp.) Educación popular. Crisis y perspectivas; Buenos Aires; Miño y Dávila; 1993. 
[2] Si bien el objetivo final no es un análisis de lo educativo a nivel micro; se deben comprender procesos subjetivos e inter-subjetivos en los espacios de construcción social, para analizar articulaciones más vastas y para comprender profundamente lo que significan los llamados “nuevos movimientos sociales”. 
[3] McLaren Peter; La escuela como un performance ritual. Hacia una economía política de los símbolos y gestos educativos; Madrid; Siglo XXI; 1995.

[4] Di Marco Palomino; Reflexiones sobre los movimientos sociales en la Argentina; Buenos Aires; Jorge Baudino Ediciones; UNSAM; 2004, p 27. 
[5] Elisalde Roberto y Ampudia Marina; Movimientos Sociales y Educaciones; Buenos Aires; Ediciones Buenos Libres; 2008; p 52.

[6] Sverdlick Ingrid y Costas Paula “Bachilleratos Populares en Empresas Recuperadas y Organizaciones Sociales, Buenos Aires-Argentina”: Gentili y Sverdlick (comp.) Movimientos sociales y derecho a la educación: cuatro estudios; Buenos Aires; Fund. Laboratorio de Políticas Públicas, Laertes S.A. de Ediciones; Barcelona; 2008; p 227.
[7] Colectivo de profesores del Bachillerato “Las Dos Palmeras”; Cooperativa de Educadores e Investigadores Populares;  Buenos Aires; 2009. 
[8] Sverdlick Ingrid y Costas Paula “Bachilleratos Populares en Empresas Recuperadas y Organizaciones Sociales, Buenos Aires-Argentina”: Gentili y Sverdlick (comp.) Movimientos sociales y derecho a la educación: cuatro estudios; Buenos Aires; Fund. Laboratorio de Políticas Públicas, Laertes S.A. de Ediciones; Barcelona; 2008; p 226.
[9] Pizetta Adelar Joao; Prólogo a la edición en españil”: Sector de Formación MST Método de trabajo y organización popular; Brasil, Editorial El Colectivo; 2009, p 10.

[10] Williams Raymond; Marxismo y literature; Barcelona; Península; 1980; p 5.
[11] McLaren Peter; La escuela como un performance ritual. Hacia una economía política de los símbolos y gestos educativos; Madrid; Siglo XXI; 1995; p 222. 
[12] Haesbeart Rogerio; O mito da desterritorialização; Brasil; Bertrand; 2004. 
[13] Arzeno M., Manzanal M. y Nussbaumer B (comp.); Territorios en construcción. Actores, tramas y gobiernos: entre la cooperación y el conflicto; Buenos Aires; Ediciones CICCUS; 2007; p 37.
[14] Arzeno M., Manzanal M. y Nussbaumer B (comp.); Territorios en construcción. Actores, tramas y gobiernos: entre la cooperación y el conflicto; Buenos Aires; Ediciones CICCUS; 2007; p 10.

[15] Ampudia, Marina; “El sujeto de la educación para jóvenes y adultos. Territorialización y desterritorialización de la periferia”: Movimientos sociales y Educación, Teoría y debate de la educación popularBuenos Aires; Ed. Bs. Libros; 2008.

[16] Sack R. D.   Human territoriality. Its theory and history; Cambridge; Cambridge University Press; 1986; p 8.

[17] Arzeno M., Manzanal M. y Nussbaumer B (comp.); Territorios en construcción. Actores, tramas y gobiernos: entre la cooperación y el conflicto; Buenos Aires; Ediciones CICCUS; 2007; p 21.